Este sábado organizamos nuestra segunda jornada de voluntariado con la participación de casi treinta personas de dos grandes empresas como UPS, que repetía… e Isban, que venían por primera vez y nos ayudaron a instalar los doce ordenadores que su empresa nos ha donado, entre otras cuantas tareas más.

Teníamos por delante un duro día de trabajo, pero se respiraba en el ambiente una gran ilusión por cumplir con los objetivos que nos habíamos marcado. Incluso hubo alguno que otro, que una vez finalizada la jornada y después de un pequeño aperitivo, no pudieron irse sin terminar el recubrimiento con palo de sauce de la pérgola del jardín interior.

Fue una día mágico, porque después de todo el esfuerzo, vimos por primera vez, que ya nuestra sede cogía por fin forma de centro de formación  y la diferencia entre el “antes” y el “después” de la jornada fue muy significativa.

Esta vez, y como novedad, participaron diez niños, con los que se organizó una cuadrilla de podadores, separadores de piedras y barrenderos. Estuvieron muy atentos cuando explicamos nuestro proyecto y el trabajo que íbamos a realizar y creemos que este tipo de experiencias pueden ser muy positivas para ellos en su desarrollo personal. Ya sabéis, que nosotros entendemos la educación como un factor clave en el cambio social, y valoramos mucho que sus familias les impliquen en este tipo de actividades.

 Desde aquí queremos darles las gracias a todos por su ayuda. Y como no, a nuestros amigos y familiares que siempre están ahí.